Por fin llegó el día esperado. Eran las 18:00 y ya estábamos en la T4 de Barajas haciendo el Check in para nuestro vuelo hacia Delhi (con escala en Dubái) que salía a las 21:00.
Después de 13 horas en total de vuelos y una escala llegamos al aeropuerto Internacional Indira Gandhi.
Eran las 15:30 de la tarde del 24 de Marzo, sabíamos que ese día íbamos a ver poco de la ciudad, que iba a ser un día de transición, donde llegábamos a una ciudad muy distinta a todo lo que conocíamos.
Durante el último vuelo, los asistentes de cabina nos repartieron una tarjeta para rellenar y pasar el control de inmigración llamada “arrival Card India”.
Después del largo proceso de inmigración, vamos a recoger nuestro equipaje y salimos a la calle donde habíamos quedado con Ashish, el coordinador en India de la agencia India Increíble.
Como explicamos en el post anterior, queríamos aprovechar el tiempo al máximo, intentar no perder tiempo en transportes y trayectos, por lo que decidimos ponernos en contacto con India Increíble para realizar el viaje.
Fue un gran acierto, la coordinación con ellos y con los conductores fue excelente. Siempre fueron muy puntuales y en todos los trayectos llegamos a la hora prevista. Si queréis echarle un vistazo su página es http://laindiaincreible.com/.
Volvemos donde nos habíamos quedado. Debido a la gran avalancha de familiares esperando a algún pasajero, no se tiene acceso al aeropuerto. Algunos conductores con permiso especial pueden esperar dentro, pero la mayoría de los conductores se encuentran a la salida de la terminal.
Vamos hasta la furgoneta que se encuentra en el parking y en 25 minutos llegamos al hotel Visaya.
Ya eran casi las 17:30. Nos comenta Ashish que él nos puede cambiar el dinero, con una pequeña comisión. Al ver que nos compensa decidimos cambiarlo con él.
Nos pegamos una ducha rápida y vamos a dar una vuelta a intentar buscar algo para cenar.
Acabamos en una calle llena de bares a los dos lados, pero ningún sitio nos dio buena espina para cenar, así que decidimos tomar algo y volver al hotel para cenar allí.
Para Jorge, Ramón y Tony unas hamburguesas, para Marta, Patri y para mi unos noodles. Riquísimos de sabor pero imposibles de comer, picaban tanto que nos dejaron la boca dormida.
Nos fuimos pronto a dormir, al día siguiente recorreremos toda la ciudad de Delhi y haremos una visita a la ONG Tara Homes Children.
Viernes 25 de Marzo. Recorriendo la capital de India.
A las 8 quedamos en el restaurante del hotel para desayunar y a las 9 salimos a descubrir la capital del país.
Habíamos leído en muchos foros que esta ciudad se dejara para el final por el caos, ruido y suciedad, por la pobreza que se ve en cada calle y rincón, otros la consideran como un mero lugar de paso. Pese a ello, y sus más de 15 millones de habitantes, nos acostumbramos pronto al claxon de los coches, al paso de bicicletas, motos y tuc tuc por todos lados, esquivando viandantes, vacas y perros por las calles.
Es curioso y llama la atención a todo aquel que viaja a India, ver a las vacas cruzando una carretera, tumbadas en una glorieta o en la puerta de una casa. Una costumbre de los hindúes es que tienen prohibido matar a estos animales. Esto es porque consideran a la vaca como un símbolo de maternidad, de la vida y de la generosidad. Proporciona nutrientes, da leche, e incluso sus excrementos se utilizan para fertilizantes y combustible.
A las 9 nos recoge el conductor con Jaiswal, Carlos para los amigos, el cual sería nuestro guía durante la jornada de hoy.
Qué ver en Delhi en un día:
Dada las dimensiones de la ciudad, es imposible ver todo en una jornada. Por lo menos se necesitan 3 días para poder ver todo lo que tiene Delhi. Nos acostumbramos pronto al desorden, a los cláxones de los coches, al ruido, por ello echamos de menos haber tenido un día más, para, además de visitar templos y mezquitas, descubrir, callejear y “perdernos” por las calles de la capital de India.
Se necesitan varios días para admirar sus tesoros monumentales e históricos, asentados en Old Delhi, o para visitar los templos y edificios administrativos de Nueva Delhi.
Pasamos por la puerta del Fuerte Rojo, viéndolo sólo desde fuera (en Agra sí visitaremos el Fuerte Rojo que hay allí).

Recorrimos la ruidosa y abarrotada Chandni Chowk hasta llegar a la mezquita de Jama Masjid, la mayor mezquita musulmana de la India, la cual puede albergar hasta 20000 fieles.
La entrada es gratis, pero te cobran por cámara de fotos, vídeo o móvil que lleves. Decidimos entrar con una cámara y un móvil y el resto dejarlo en el coche (son 300 rupias, unos 4€ por cámara).

Para acceder al recinto hay que descalzarse y las mujeres debemos taparnos los hombros y las piernas.

Fue construida en el siglo XVII por el emperador mogol Shah Jahan, quien construyó también el Taj Mahal.
Sus dos grandes minaretes, de mármol, de 40 metros de altura son visibles a varios kilómetros de distancia. Se necesitaron 6 años y 5000 obreros para su construcción.
Después de 45 minutos admirando tal grandeza, cogimos nuestros zapatos y dimos una vuelta por las calles aledañas a la mezquita.
En todas esas calles viven musulmanes, según nuestro guía, se dice que viven más musulmanes en India que en Pakistán.
Volvemos al coche y vamos a nuestra siguiente parada, Raj Ghat, crematorio de Mahatma Gandhi, donde está su venerada tumba. La entrada es gratuita y hay que descalzarse también para entrar.
Empezaba a hacer mucho calor (unos 35 grados) y el suelo empezaba a quemar, dimos una vuelta rápida y nos dirigimos al coche a visitar la zona de los ministros y el presidente.
Después de recorrer las grandes avenidas nos acercamos a una de nuestras visitas favoritas, Gurudwara Bangla Sahib o Templo Sij, con sus grandes cúpulas doradas.

La palabra Sikh significa “discípulo”. Un sikh es aquel que cree en un solo Dios y en las enseñanzas de los diez gurús atesoradas en el Guru Grant Sahib, libro sagrado de esta religión, el cual es el único escrito en el mundo que ha sido recopilado por los mismos fundadores durante su propia vida. Guru Nanak fue el fundador del Sikhismo.
Los sikhs no reconocen el sistema de castas y tampoco creen en el culto a los ídolos, rituales o supersticiones.
Un Sikh tiene una personalidad que le distingue de los demás. Esta distinción está representada por 5 símbolos: pelo largo y recogido, siempre lleva un peine, una pulsera de acero, unos pantalones y una espada o cuchillo.
Antes de entrar al templo, hay que quitarse los zapatos, calcetines y cubrirse la cabeza.
Dimos una vuelta por el gran templo y su pequeño lago o gran piscina.
Entramos a la zona de rezo o zona principal, donde se encuentra la sagrada escritura y a la cual no se le puede dar la espalda.
Es el único templo que tiene un comedor social donde todos los días dan de comer gratis a unas 2000 personas.
Pudimos entrar en la cocina para ver cómo preparan la gran cantidad de comida que cocinan día a día.
Siguiente parada, Puerta de la India, de 42 metros de altura, construida en memoria de los soldados hindúes que perdieron sus vidas durante las guerras afganas de 1919 y en la primera guerra mundial. Bajo el monumento hay una llama eterna que se conoce como Amar Jawan Jyoti (la llama del guerrero inmortal), la cual marca la tumba del soldado desconocido.

Desde aquí nos fuimos a comer a un restaurante turístico asiático que nos recomendó Carlos, donde probamos los famosos lassi, una bebida hecha a base de yogur. Hay varios tipos, salado, dulce o salado con menta. Nosotros probamos el dulce. La verdad que con el calor que hacía, esta bebida nos vino muy bien ya que es muy refrescante.
Eran las 15:30 de la tarde y todavía nos quedaban muchas cosas por ver.
Nos acercamos a visitar la tumba de Humayun. Es impresionante y nos quedamos sin palabras. La entrada son 250 rupias.
En este edificio se inspiró el emperador Shah Jahan, de la dinastía mogola, para construir el Taj Mahal.
Sin apenas turistas pudimos contemplar la tumba de Humayun tranquilamente. Es un complejo de edificios de arquitectura mogol donde yace el segundo monarca del Imperio.
Nos acercamos para ver, desde fuera el Lotus Temple, la casa de adoración Baha’i. Se conoce con el nombre de Templo de Loto por su forma de flor. Es una iglesia para todas las religiones. La entrada es gratuita.

Nuestra última parada para ver monumentos en Delhi es Qutub Minar, situado en la zona sur de Delhi, donde se levanta la impresionante torre de arenisca de 73 metros de altura y una inclinación de 95º (se ve algo torcida).

Es el minarete de ladrillos más alto del mundo, ahora no está abierto el acceso a la planta alta de la torre, pero dicen que desde arriba, en días despejados, se ve el Taj Mahal.
Junto al minarete se erigen las ruinas de la Quwwat Ul-Islam Masjid, la primera mezquita de la India y la torre inacabada de Alai Minar que, Ala-ud-din Khilji pretendía que fuese dos veces más alta que el Qutab Minar.
Eran las 17:30 de la tarde y se acercaba uno de los momentos que más ilusión nos hacía. Íbamos a visitar una casa de acogida de niños de 2 a 7 años. La ONG se llama Tara Homes Children y tienen 3 casas de acogida. Una para los más pequeños (Tots), otra de chicos y la última de chicas.
Todas se encuentran cerca una de otras, en la zona de Nueva Delhi, pero sólo pudimos visitar la de los niños más pequeños.
Fue una experiencia única. Les entregamos material escolar y estuvimos un rato jugando con ellos. Se nos pasó volando, una tarde que no olvidaremos nunca con los 20 niños que había en la casa, donde nos hubiera gustado estar más tiempo. Muchas gracias a Arantxa y Amelie por su amabilidad y por recibirnos de esa manera tan grata.
Su página es http://www.taraindia.org/
Y hasta aquí nuestra ruta por Delhi. Acabamos cenando en el hotel, esta vez unas hamburguesas de pollo con curry. Después nos fuimos a dormir pronto. Al día siguiente cogeríamos un tren a las 6 de la mañana dirección a Ajmer para visitar Pushkar. Todo ello os lo contaremos en el siguiente post.
Esperamos que os sirva de ayuda en vuestra organización en el viaje a delhi.
Hola , me gustaría saber si se puede ir a ver trabquilamente la ong o hay que pedirles primero algún tipo de permiso o concertar una cita . Muchas gracias
Hola que tal? Si, primero hay que concertar una cita con ellos, ya que se trata de un colegio y tienen unos horarios (comida, siesta, estudio..). Les puedes escribir a través de su página y así concertar una visita.
Un saludo