Este Roadtrip fue muy especial, pues estuvimos recorriendo la Alsacia francesa, Suiza, La Selva Negra e Italia con nuestro coche y nuestro perro Atila. En estos países suelen admitir perros en restaurantes, tiendas, museos y hoteles, por eso elegimos estos destinos para que nos acompañara en nuestras vacaciones.
ALOJAMIENTO
Reservamos todos los hoteles en la página www.booking.com. Siempre que reservamos una habitación lo hacemos con cancelación gratuita y que dejaran mascotas. Algunos nos cobraron un suplemento por llevar perro.
Los hoteles fueron:
- Hotel Puerta de España: en la Jonquera. 55€/noche sin desayuno. Habitación muy normalita de paso hacia Francia.
- Hotel Appart city Nimes: a 5 minutos del centro de Nimes en coche y 20 minutos andando. 65€/noche sin desayuno. Habitación muy amplia y limpia con aire acondicionado
- Hotel Aubergue du Lyonnais: en el centro de Annecy. 65€/noche sin desayuno. Habitación pequeña pero en el centro de Annecy con vistas a uno de sus canales. Había un parking público cerca que por la noche no se paga.
- Hotel des Inventions: en Ecublens a 10 minutos en coche de Lausanne. 121€/noche con desayuno y transporte gratis hasta el centro de Lausanne.
- Hotel Waldhorn: en Berna. 69€/noche con desayuno. Habitación muy amplia, desayuno variado y transporte gratis por la ciudad.
- Hotel Primo Balladins Colmar: en el centro de Colmar. 100€/noche sin desayuno. Fue el peor hotel de todas las vacaciones, luego en el post explicaremos lo que nos pasó en este hotel.
- Hotel Garni central: en Triberg. 65€/noche con desayuno. Hotel en la calle principal de Triberg, desayuno abundante en la azotea con vistas a la Selva Negra y entrada gratuita proporcionada por el hotel para ver las cascadas de Triberg.
- Hotel SwissEver Zug: en Cham a 20 minutos en coche de Lucerna. 120€/noche con desayuno. Uno de los mejores hoteles de las vacaciones. Nos dieron una habitación – apartamento con cocina, dos baños y salón.
- Hotel Cotton Candy: Bed&Breaksfast en Milán. 50€/noche con desayuno. Habitación con balcón en una casa de dos plantas donde vivía una madre con su hija.
- Hotel Villa Saphir: Bed&Breaksfast en el centro de Niza. 65€/noche con desayuno. Habitación muy antigua en una vieja Villa en medio de edificios. Uno de los mejores desayunos que hemos comido estas vacaciones.
- Hotel Arena: en la Saint-Jean-de Vedas (cerca de la playa Le grande Motte). 50€/noche sin desayuno. Hotel a las afueras de la ciudad con habitaciones espaciosas y sin ruido.
RECORRIDO ALSACIA SUIZA Y SELVA NEGRA
En total fueron 4600 km por autopistas, peajes y carreteras secundarias.
El itinerario de nuestro Roadtrip fue:
- Madrid – Besalú – La Jonquera.
- La Jonquera – Playa de Collioure – Nimes.
- Nîmes – Hauterives – Annecy.
- Annecy – Castillo de Chillón- Lausanne.
- Lausanne – Lauterbrunnen – Cuevas de San Beato – Castillo de Thun – Berna.
- Berna – Eguisheim – Kaysersberg – Colmar.
- Colmar – reloj de cuco en Schonach – Schiltach – Triberg
- Haslach – Durbach – Gengenbach (Segunda noche en Triberg)
- Triberg – Nacimiento del río Danubio – Cataratas del Rhin – Stein am Rhein – Cham (Lucerna)
- Lucerna – Ascona – Milán.
- Milán – Mónaco – Niza.
- Niza – Playa Le grande Motte – Saint –Jean de Vedas.
- Saint-Jean de Vedas
- Saint – Jean de Vedas.
- Saint – Jean de Vedas – Madrid


Día 1
Eran las 7 de la mañana y sonó el despertador. Nos pusimos en pie enseguida, este viaje lo llevábamos planificando durante 7 meses, y es que nos hacía una especial ilusión ya que iba a ser la primera vez que nos íbamos de vacaciones con nuestro perro Atila.
Ya el año pasado estuvimos unos días en Cullera con él, pero nunca había pasado tanto tiempo en un coche. No sabíamos cómo iba a llevar la experiencia, ni nosotros, de recorrer tantos kilómetros y visitar tantos lugares.
Desayunamos fuerte, metimos las últimas cosas en la maleta y ¡rumbo a la carretera!
Hoy, era un día de muchos kilómetros (720 km en total). Queríamos acercarnos lo máximo posible a la frontera, para al día siguiente estar en tierras francesas.
Salimos de casa a las 8 de la mañana y llegamos a nuestra primera parada, Besalú (Gerona), a las 14:00.
Comimos en uno de los bares que hay al lado del puente. Menú de día por 12€. Descansamos un poco y nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo.
Es una villa con mucho encanto por su origen medieval que creció alrededor de una fortaleza del Castillo de Besalú.
Otros lugares de interés son el Puente Viejo, el Monasterio de Sant Pere (templo Benedictino del Siglo X), la casa Cornellá (uno de los edificios románicos mejor conservados) y la iglesia de Sant Vicent.
Volvimos al coche, ya estábamos cerca de nuestro primer hotel en la Jonquera, último municipio antes de llegar a la frontera. Pero todavía nos quedaban unos 45 minutos para llegar.
En el centro de la Jonquera estaba nuestro Hotel, Puerta de España, normalito con una habitación grande y balcón. Hicimos el correspondiente check-in y fuimos al súper a comprar algo para cenar en la habitación.
Día 2: Collioure y Nimes
Nos levantamos a las 7:30 de la mañana. El día anterior nos habíamos quedado dormidos muy pronto así que nos despertamos antes de que sonara el despertador. Recogimos las maletas y nos bajamos a un bar en la misma calle del hotel para desayunar.
Hoy nuestra primera parada era la playa de Collioure. Meses antes estuvimos mirando playas que admitieran perros y pasar unos días de relax en nuestras vacaciones.
Ponemos el GPS en marcha y en poco más de 45 minutos nos plantamos en Collioure. Hoy es domingo así que el estacionamiento no se paga.
Cogemos sombrilla, toallas, bañador y cuando llegamos a la playa cuál es nuestra sorpresa… ¡no admiten el paso a animales! En una página de internet decía que sí estaba permitido. Fuimos a la oficina de turismo a preguntar (en Place du 18 Juin) y nos comentaron que desde este año 2015 ya no había ninguna playa en Collioure que permitieran animales. Nuestro gozo en un pozo, nos dimos un chapuzón por turnos (el calor era agotador, hacía 35 grados) y volvimos al coche.
Nuestro plan era pasar la mañana hasta la hora de la comida en Collioure para después de comer salir hacia Nimes. Cambiamos los planes y nos dirigimos hacia Nimes para comer allí y conocer la ciudad por la tarde.
Cogimos la carretera de peaje (15€) llegando sobre las 13:00 al hotel de Nimes (este tramo era de 230 km).
El hotel está a las afueras, en una especie de polígono industrial, desde el cual, se tarda unos 5 minutos en coche en llegar al centro de Nimes. Hicimos el check-in y comimos en la habitación unos bocadillos que nos habíamos preparado para la playa.
Descansamos un poco en la habitación y así esperamos a que se fuera un poco el calor que hacía.
Sobre las 17:00 nos dirigimos al centro de Nimes. Aparcamos cerca de los Jardines de la fuente y del Templo de Diana.
Los jardines de la Fuente es un bonito parque, junto al río donde está también el curioso Templo Romano llamado Diana. Se puede visitar gratuitamente donde se puede contemplar los antiguos grabados en sus paredes.
Paseamos por Quai de la Fontaine hasta llegar a la Maison Carrée, antiguo templo romano en muy buena conservación.
Al lado de la Maison Carrée, está la oficina de turismo.
Para evitar colas y esperas en las oficinas de turismo, pedimos toda la información por e-mail antes del viaje. Escribes a la oficina de turismo un correo y en una semana te llega a casa toda la información y mapas de la ciudad.
Llegamos a las Arenas, el circo Romano de Nimes, probablemente el monumento más famoso de Nimes.
Fue construido en el siglo I, y en su época su aforo era de 20.000 espectadores.
Eran ya casi las 20:00 de la tarde. Callejeamos por la ciudad hasta llegar al coche para volver al hotel. Antes nos paramos en una terraza para tomar algo y así cenar.
Día 3: Hauterives y Annecy
Hoy también nos levantamos antes de que sonara el despertador. Estaba ansiosa por llegar a nuestra primera parada del día y poder visitar el Palais Idéal du Facteur Cheval en Hauterives.
Desayunamos en la habitación, cargamos todo en el coche, Atila al asiento de atrás y a seguir durmiendo. Ponemos el GPS rumbo a Hauterives.
No sabíamos si nos iban a dejar entrar con Atila. Unos meses antes escribí un e-mail al Palacio para preguntar si admitían mascotas, pero no tuve respuesta hasta el día siguiente de la visita. Íbamos un poco a ciegas, pero teníamos claro que queríamos visitar este Palacio. Si no dejaban entrar a Atila haríamos turnos para la visita.
Llegamos en 2 horas y cuarto (fueron 200 kilómetros, la mayoría por carretera de peaje 10€).
El Palacio está abierto todos los días, domingos y festivos incluidos, excepto el día de Navidad y año nuevo. En Julio y Agosto está abierto de 09:30 a 19:00.
Preguntamos en las taquillas si admitían perros y la respuesta fue ¡¡¡si!!!!. Compramos dos tickets y comienza nuestra visita.
El Palais Idéal du Facteur es un monumento fascinante, sólo lo construyó una persona, el cartero de Hauterives, Ferdinand Cheval.
Estuvimos dentro unas dos horas, nos encantó.
Sobre las 12 salimos dirección Annecy, era un trayecto de una hora y media en donde también cogimos peaje para no perder tiempo (10€).Era nuestra última parada del día, donde nos quedamos a dormir.
Llegamos al hotel a las 14:00,pero el check-in no era hasta las 15:00, así que aprovechamos a comer en el restaurante del hotel.
El hotel Auberge du Lyonnais está situado en el centro de Annecy y tiene vistas a uno de los canales del río (tuvimos mala suerte en esto porque nuestra habitación daba a una calle peatonal).
Al lado del hotel hay un parking en el cual a partir de las 21:00 y hasta las 08:00 de la mañana es gratuito.
Ya comidos, con el Check-in hecho y la habitación asignada, nos disponemos a visitar la ciudad.
Recorremos la Rue Royale y la catedral de San Pedro, llegando al famoso Pont des Amours.

Visitamos el Palacio de l’isle, símbolo de la ciudad. Es un castillo en el centro del canal Thiou en forma triangular. Se convirtió en el Palacio de Justicia, una casa de la moneda y finalmente en una cárcel desde la Edad Media hasta el año 1865.
Vamos a ver la iglesia de San Francisco de Sales y el Castillo de Annecy.
Cenamos en una de las terrazas que dan al canal, esperando a que anocheciera para hacer unas cuantas fotos al Palacio de l’isle iluminado.
Tras un paseo por el canal llegamos a una cafetería – bar llamada River´s café (2 rue de la Gare), nos tomamos una cerveza y un refresco. Esta zona es bastante cara, nos cobraron 10 €. Volvimos al hotel a descansar. Al día siguiente visitaremos un nuevo país, Suiza.
Dia 4: Lausana y Castillo de Chillon
A las 8:30 en pie, desayunamos en el hotel y fuimos a por el coche. El día anterior lo dejamos aparcado en un parking subterráneo público. Lo bueno de este parking es que desde las 21:00 hasta las 08:00 de la mañana era gratuito, así que desde las 14:00 del día anterior hasta que lo recogimos a las 8:30 nos costó 8€. El parking está cerca de los cines “Les Nemours” (22 Rue Sainte –Claire).
Hoy el recorrido era corto. Nos separaban 100 kilómetros de nuestro siguiente destino, Lausana (por peaje).
Cómo salimos pronto de Annecy decidimos pasarnos antes por el castillo de Chillón y verlo por fuera ya que Atila no podía entrar (la entrada son 12 francos).
En la frontera compramos la Vignette (pegatina que se pone en el parabrisas para poder utilizar las autopistas de peaje de suiza. El precio son 40€). Tiene una caducidad de 1 año desde el día que se compra.
A medida que nos alejamos de la autopista empezamos a ver los típicos paisajes de Suiza.
Sobre las 10 estábamos en el castillo con un día muy nublado en el que se veía que pronto iba a empezar a llover.
El Castillo de Chillón se encuentra a orillas del lago Leman, en Veytaux. Tiene forma oblonga y es un laberinto de patios, torres y salones repletos de obras de arte y armas de la época.
Damos una vuelta por los alrededores desde donde se tienen unas vistas preciosas del castillo y del lago y que os recomendamos que no os las perdáis.
A las 11 volvemos al coche, y ponemos rumbo a Lausana, la capital olímpica.
En media hora llegamos a la ciudad. Dejamos el coche en el parking público Riponne M.Béjart (2 francos/hora) que está a 5 minutos andando de la ciudad y a 2 minutos de la Catedral.
Comienza a caer alguna gota de lluvia, se agradece después de estos días calurosos en los que no bajaban de 35 grados. Visitamos el Palacio de Rumine y luego subimos las escaleras hasta llegar a la Catedral. Desde aquí se tienen muy buenas vistas de toda la ciudad.
Alrededor de la catedral está el casco antiguo con el castillo de St- Marie y el ayuntamiento.
Sigue lloviendo así que optamos por buscar un sitio para comer. Después de recorrernos media ciudad buscando un sitio para comer, decidimos ir al Mcdonald’s de la Rue Saint Laurent. Sabíamos que Suiza era cara pero no esperábamos que fuera a ser tanto.
Después de comer vamos a hacer el check-in al hotel (el horario era a partir de las 15:00. El hotel en Ecublens, localidad a 10 minutos de Lausana. Está en una zona residencial muy tranquila y silenciosa.
El hotel no tiene recepción. En la entrada tiene un casillero en donde introduces tu nombre completo y correo electrónico y te da la tarjeta para la habitación. El precio incluye desayuno.
Dejamos las maletas en la habitación y nos acercamos en coche al puerto de Lausana. El hotel dispone de transporte gratis el cual deja en el centro de la ciudad pero decidimos irnos en coche ya que cuando íbamos dirección a Ecublens vimos un parking al lado del puerto en el cual no se paga a partir de las 18:00 (parking Port d’Ouchy).
Ya había dejado de llover y salía el sol de vez en cuando. En el puerto había una feria pero con poco ambiente. Las vistas son increíbles con el lago y los Alpes. La Zona d´Ouchy es muy famosa por la cantidad de restaurantes y hoteles que hay.
Visitamos el castillo d´Ouchy, una fortaleza medio palaciega que ahora es un hotel. Empezó a anochecer, compramos unas pizzas en un puesto del puerto y nos fuimos hacia el hotel.
El día siguiente que nos esperaba era uno de los más deseados, visitaremos el valle de Lauterbrunnen, aunque con alguna decepción, fue un día muy completo y con unas vistas maravillosas.
Día 5: Valle de Lauterbrunnen, Cuevas de San Beato, Interlaken y Berna
Volvemos a madrugar otro día más. Llegamos tan cansados el día anterior que en nada nos quedamos dormidos. Hoy nos esperaba un desayuno buffet muy completo en el hotel. Café, zumos, tostadas, croissants y huevos revueltos. Recargamos bien las pilas.
Hoy las visitas son: las cataratas Trummelbachfalle, Valle de Lauterbrunnen, Interlaken, las cuevas de San Beato y acabaríamos en Berna.
En poco más de dos horas llegamos al parking de las cataratas, pasando antes por Interlaken, teniendo unas vistas maravillosas de los lagos Thun y Brienz.
El camino hacia las cataratas es precioso, un césped verde y árboles a los dos lados. Pero llegó nuestra decepción y tristeza.
Al llegar a la taquilla nos dicen que no podemos entrar con el perro debido al ruido del agua y porque algún tramo es demasiado estrecho y un poco peligroso.
El horario es de 8:30 a 18:00 y vale 11 CFH.
Las cataratas Trummelbachfalle es una de las gargantas glaciares más salvajes de Europa con los diez saltos de agua escondidos en la roca de la catarata Trummelbach.
Seguimos por el valle de Lauterbrunnen. No se puede explicar con palabras lo que nuestros ojos veían. Las casitas decoradas en medio de tanto verde entre paredes rocosas gigantescas y nada más y nada menos que 72 cascadas.
Un monumento característico es el Staubbachfall, una cascada que cae casi 300 metros de una pared rocosa impresionante. Una de las cataratas de caída libre más grandes de Europa. Aunque en verano cae poca agua se puede apreciar muy bien esta catarata.
A medida que íbamos paseando veíamos helicópteros despegar y volar encima de nuestras cabezas. Son excursiones en donde te suben a la cima para luego tirarte en parapente.
En el valle hay muchas rutas de senderismo para elegir. Los pueblos de abajo se pueden visitar andando dejando el coche en alguno de ellos, pero los pueblecitos que están arriba sólo se puede llegar en teleférico o trenes cremallera. Estos trenes te llevan a sitios como Mürren, Jungfrau, Monch y Eiger.
Después de hacer cientos de fotos nos acercamos a Interlaken, que como su nombre indica, es una localidad entre dos lagos, el lago Thun y el Lago Brienz. Dimos una vuelta corta, estaban todas las calles hasta arriba de gente y el calor apretaba mucho. Eran las 12 de la mañana y había 38 grados de temperatura.
La siguiente parada serían las cuevas de San Beato.
Tuvimos un pequeño percance para llegar puesto que nos equivocamos en poner la dirección en el GPS. Las cuevas de San beato pertenecen a la localidad de Beatenberg pero en el GPS hay que poner la calle Seestrasse. El pueblo de Beatenberg se encuentra en la cima de la montaña. Hasta allí subimos, media hora de trayecto de curvas, cuestas y más curvas.
Eso sí las vistas desde ese pueblo son espectaculares. Se ve la grandeza de los Alpes y de los dos lagos. Preguntamos en el único bar que había abierto en Beatenberg y nos indicaron como llegar a las cuevas.
Hay dos parkings pequeños para dejar el coche, no son de pago.
Las cuevas de San Beato se introducen en el macizo de Niederhorn. Son caminos de fácil acceso e iluminados con electricidad, que se adentran hasta 1km en las profundidades, viendo cascadas subterráneas, pequeños pasadizos y cavernas con estalactitas y estalagmitas.
Para llegar a la entrada vamos haciendo un recorrido por el bosque pasando por varios puentes desde donde se tienen unas vistas magníficas de las cascadas.
Llegamos a la taquilla y compramos nuestras entradas (18 francos cada una) y la de Atila (10 francos). Eran las 13:20 y a las 13:30 empezaba la visita guiada así que esperamos para unirnos a ella.
Puedes entrar por tu cuenta o con visita guiada. El precio es el mismo. El único inconveniente es que si quieres hacerlo con un guía debes esperar a las horas que tienen establecidas.
La visita guiada es en alemán e inglés y tiene una duración de una hora y media. Se aconseja llevar una chaqueta de manga larga. Dentro de las cuevas hace una temperatura de entre 5 y 8 grados.
La visita guiada termina a las 15:00. Justo en la salida hay un restaurante con pizzas y pasta que con las entradas te hacen descuento. Porción de pizza y bebida por 13 francos cada uno.
Nos separaba una hora de la ciudad donde íbamos a hacer noche, Berna. Antes pasaremos por Thun para ver el castillo desde la ciudad.
A las 17:30 haríamos el Check-in en el hotel Waldhorn. Pagamos también la correspondiente tasa turística. Nos dio la llave de la habitación con una tarjeta para desayunar al día siguiente y 2 billetes de viaje ilimitados para coger el transporte público en Berna.
Estábamos un poco cansados pero las ganas de conocer la ciudad nos hizo cambiarnos de ropa, coger la cámara de fotos, e irnos a dar una vuelta por el centro.
Aprovechamos a coger el tranvía. Compramos un billete para Atila (2 francos). Los animales pueden subir al transporte público sacando un billete infantil.
Vimos la torre del reloj, el cual, al marcar las horas las figuras que rodean al reloj comienzan a moverse. Seguimos una ruta en el mapa marcada por las diferentes fuentes de la ciudad.
Hay 12 fuentes diferentes.
En una de las calles principales se encuentra la casa museo de Einstein (2, Kramgasse, 49). El físico estuvo viviendo en Berna, trabajando en la Oficina de Patentes y en la Teoría de la Relatividad.
Llama mucho la atención como hay tiendas que se entra como si se tratara de bodegas o sótanos, y esto también pasa con el Café de Einstein.
Seguimos por la calle Kramgasse y luego por la calle Gerechtigkeitsgasse hasta llegar al río Aar y al Parque de osos.
Estuvimos un rato intentando buscar los osos, hasta que nos dimos cuenta que estaban reformando el foso y lo volverían a abrir para Octubre- Noviembre del 2015.
Volvemos a la ruta que nos lleva hasta la catedral de Berna y vemos alguna fuente más de camino al tranvía para volver al hotel.
Día 6: Alsacia Francesa: Eguisheim, Kaysersberg y Colmar
Estábamos ya en el ecuador de nuestro viaje. Hoy visitaremos la zona de la Alsacia Francesa.
Cuando comenzamos a preparar el viaje, nuestra idea era pasar el mayor de los días en la Selva Negra, pero al ver que cerca de Colmar estaba esta zona con estos pueblos, que parecen sacados de un cuento, nos decantamos a pasar un día por la comarca.
Desayunamos en el hotel de Berna y rumbo otra vez a la carretera. En este día visitaremos Eguisheim, Kaysersberg (ruta de los vinos) y acabaríamos en Colmar donde haremos noche.
En poco menos de 2 horas llegamos a Eguisheim, un pueblo con un encanto especial que nos enamoró. Allí aprovechamos a probar el vino blanco de la zona.
Probamos el vino Freudenreich Joseph et Fills y de allí compramos varias botellas.
Después de pasear una hora y media por el pueblo, vamos a nuestra siguiente localidad de la Alsacia, Kaysersberg.
Dejamos el coche en un parking al aire libre (2 francos todo el día). Fuimos a tomar algo a una terraza para reponer fuerzas e hidratarnos un poco.
Después de descansar nos acercamos a la plaza del pueblo. Otra maravilla y otra imagen de cuento.
Buscamos un sitio para comer. En Kaisersberg hay pocos restaurantes. Vimos en una terraza que estaban comiendo unas especie de pizzas (Flammes) que tenían muy buena pinta, así que allá que fuimos.
La comida muy rica y sabrosa, comimos por 16 francos, bebida incluida.
Vamos a por nuestra última parada, Colmar. Siempre he querido visitar esta ciudad, y yo creo que iba con demasiadas expectativas y lo que pasó es que me llevé un poco de decepción.
Colmar es bonito, pero después de visitar Eguisheim y Kaysersberg, no nos llamó tanto la atención. Esto, junto con la mala experiencia del hotel, hizo que Colmar no nos gustara mucho.
Antes paramos en una de sus glorietas con la Estatua de la libertad, en recuerdo al escultor de la Estatua de la Libertad de Nueva York, el cual vivió en Colmar.
El hotel que reservamos es el hotel Primo Balladins Colmar, a dos minutos del centro. Cuando lo vimos por Booking, leímos que no tenía aire acondicionado, pero no le dimos mucha importancia pues no creíamos que allí en esa temporada nos iba a hacer tanto calor.
Supuestamente tiene parking gratuito, pero en realidad lo que hay es una explanada donde puedes dejar el coche comprando un distintivo en el estanco por un valor de 5€.
Pones la hora en la que estacionas el coche y tienes 3 horas. Al cabo de estas 3 horas tienes que volver a mover la ruleta para poder estacionar 3 horas más. Así hasta las 21:00 y desde las 8:00 AM.
Dejamos las cosas en el hotel y nos vamos a dar una vuelta por Colmar. Eran las 19:00 y no había quien estuviera en la habitación del hotel por el calor. Pre Sentíamos que esa noche no íbamos a dormir nada, y así fue.
Vamos a la Maison de Tetes, que da su nombre a las 111 cabezas que hay en la fachada. Seguimos por la Rue de Boulangerie y la rue Serruriers hasta llegar a la plaza de Dominicains (está llena de terrazas donde se puede beber vino y descansar).
De ahí vamos a la plaza de la Catedral y después a la Maison Pfister, típica casa alsaciana de la burguesía local del Renacimiento, pero de concepción medieval. Desde aquí vamos por la calle de los mercaderes (rue des Marchands) hasta la antigua aduana de Colmar, Koifhus. Pasamos la aduana hasta llegar a la Place de Reunión, y de ahí a la rue de Tanneurs (la calle de los pescadores) hasta llegar a la pequeña Venecia (muelle Poissonnerie).
En 8 rue des Tanneurs hay una crepería (crêpe stub) donde cenamos unos crepes salados y dulces muy ricos por 10 euros. Tienen una terraza en la plaza.
Volvimos al hotel a lo que sería nuestra peor noche. El calor era horrible y al abrir la ventana, la habitación daba a una de las calles más transitadas por coches, motos, camiones…. Y Para colmo, justo en la ventana una farola, que en cuanto se encendió, se rodeó de insectos. Esa noche dormimos unas 3 horas en total.
Día 7: Reloj de Cuco Schonach y Triberg
A las 6 de la mañana decidimos levantarnos, ya no aguantabamos más ahí. Lo bueno de ese día es que entrábamos en Alemania, llegábamos a la Selva Negra. Compramos unas napolitanas y croissants para desayunar en la frontera entre Francia y Alemania.
El recorrido de hoy eran 100 km sin coger autopistas, por carreteras de doble sentido de muy buena calidad. Entraríamos en una frondosa zona alemana de grandes bosques de pino y abeto, valles verdes, cascadas, lagos y preciosos pueblos.
Nuestra primera parada será Schonach, un pueblo pequeñito en donde se encuentra el reloj de cuco más grande del mundo. Es del tamaño de una casa.
Está a 3km de Triberg. Hay que tener cuidado para llegar porque sin querer te lo pasas. Está en la calle Schwarzwälder Kuckucksuhr, Untertal Str 28, 78136 Schonach.
La entrada al reloj de cuco son 2€. Allí hay una mujer, miembro de la familia que construyó el reloj, que te explica el funcionamiento y mecanismo por dentro de dicho reloj de cuco.
Esperamos que dieran las 10:30 para ver salir el cuco. Se escucha una suave música de fondo y el típico cuco haciendo cucú-cucú.
Fuimos dirección al coche otra vez. Ya empezaba a costar esto de estar metidos en un automóvil tanto tiempo aunque merece mucho la pena el recorrido. Iríamos directamente al hotel a dejar las maletas.
El hotel que reservamos es el Garni Central, en la calle principal de Triberg a dos minutos andando de las cascadas. En este hotel estaremos dos noches. Nos costó 130€ con desayuno y parking incluido. Está en la última planta de un edificio de oficinas. Las habitaciones son muy amplias con unos enormes balcones con vistas a las cascadas.
Al hacer el check-in nos dieron también dos entradas para ir a las cascadas del río Gutach, que las visitaremos ese mismo día. Enseñamos las entradas que nos habían dado en el hotel, nos dieron un mapa y a caminar.
Hay tres rutas señalizadas para ver las cascadas:
- El camino de la naturaleza
- El camino de la cultura
- El camino de las cascadas.
Cada una tiene una distancia determinada para elegir la de mejor perspectiva aunque desde todas se ven fabulosas vistas.
Estas cascadas son famosas por ser “las cataratas más grandes de Alemania” (163m). Al leer esto piensas que vas a ver un salto espectacular de una catarata, pero en realidad es una bajada de 7 tramos diferentes con saltos más o menos suaves. Aun así merece mucho la pena visitarlas.
Si hay suerte se puede ver alguna ardilla por la zona, en la entrada venden cacahuetes para que se las des, pero nosotros no vimos ninguna.
Después recorrer el parque en una hora aproximadamente, nos fuimos a la calle principal de Triberg a comer. Comimos en un restaurante italiano, pasta y pizza con bebida 25€.
Esta calle está llena de tiendas de souvenirs, donde destaca la gran cantidad de relojes de cuco que venden. Una de estas tiendas se llama la casa de los mil relojes, tiene un bonito reloj de cuco en la fachada, cada cuarto de hora suena y los muñecos se mueven.
Fuimos a descansar un rato al hotel, el no dormir la noche anterior nos estaba pasando factura.
En Triberg también se puede visitar el Museo de la Selva Negra, centrado en la vida cotidiana de los habitantes de la Selva Negra, (nosotros no entramos), y la iglesia de Maria in der Tanne (el hotel tiene vistas a ella).
Por la tarde decidimos acercarnos a Schiltach, está a 40 minutos de Triberg. Es un precioso pueblo, atravesado por un pequeño río donde los niños se bañan y juegan. Con 35 grados que hacía apetecía mucho darse un baño.
El pueblo, que parece sacado de un cuento, tiene una arquitectura de casas de entramado de madera en todas sus calles. Forman uno de los conjuntos más homogéneos de la Selva Negra. La plaza del mercado con su Ayuntamiento es digna de ver.
Después de recorrer sus calles, con un encanto especial, nos fuimos a tomar algo a pie de río. Ya empezaba a atardecer y la temperatura bajaba un poco. Allí podíamos haber estado horas sentados, escuchando el sonido del río.
Volvimos a Triberg para cenar en un restaurante enfrente del hotel. Cenamos una ensalada griega y unos filetes empanados riquísimos por unos 12€ con bebida.
Al día siguiente visitaremos varios pueblos de la Selva Negra, que con el aperitivo de Schiltach, estábamos seguros que no nos iba a defraudar ningún pueblo.
Día 8: Durbach, Gengenbach, Haslach, pueblos de la Selva Negra
Nos levantamos con las campanadas de la iglesia y con un olor a tostadas que nos encantó. Fuimos a desayunar y lo que nos encontramos fue un balcón en la azotea con vistas a la Selva Negra. Fue nuestro mejor desayuno. La tranquilidad que se respira allí era increíble
Estuvimos desayunando 1 hora. Estábamos tan a gusto que no podíamos movernos de allí.
El recorrido que haríamos sería visitar:
- Durbach
- Gengenbach
- Haslach im Kinzigtal
Iremos primero al pueblo más alejado de Triberg para que, a medida que va pasando el día, estar más cerca del alojamiento.
Atila, nosotros y el GPS listo, nos echamos a la carretera a por nuestro primer destino, Durbach.
Está a 65 km de Triberg, tardamos más o menos 1 hora en llegar. Las carreteras son con muchas curvas pero de una calidad increíble, sin baches ni agujeros.
Dejamos el coche en la calle principal y nos disponemos a recorrer este pequeño y tranquilo pueblo.
Nuestra siguiente parada, Gengenbach. 25 minutos de coche y llegamos a uno de los parkings públicos cerca de la estación de trenes. En casi todos los pueblos turísticos de la Selva Negra, desvían los coches hacia estos aparcamientos para que el casco antiguo esté libre de coche y de tráfico.
Este pueblo parece sacado de un cuento, donde lo que más llama la atención son las casas, todas con la fachada de vigas de madera y pintadas de colores llamativos con sus balcones llenos de flores. Puedes visitar el pueblo siguiendo unas marcas en el suelo que te llevan a los sitios más turísticos de la ciudad.
Vamos directamente a la plaza donde está llena de tiendas de souvenirs y restaurantes con terrazas.
Paseamos por las calles Hölleangasse y Engelgasse, las más bonitas de la ciudad. Las calles son empedradas, como casi todo el casco antiguo.
Paseando también encontramos una abadía, varias iglesias y restos de la muralla que rodeaba la villa en la antigüedad. Destaca también la torre Kinzig y la fuente de los bufones dedicada a los personajes principales del Carnaval de Gengenbach.
Bordeamos la muralla que transcurre junto a un riachuelo, llegando a un parque donde Atila pudo correr un rato.
De ahí regresamos al coche, recordando una de las ciudades más bonitas de nuestro recorrido que parece sacada de un cuento.
En 10 minutos llegamos al siguiente pueblo, Haslach.
Haslach es un pueblo pequeño con su plaza principal con una iglesia (iglesia parroquial de San Arbogast) y el Ayuntamiento. Lo que llama la atención de Haslach, al igual que en Gengenbach, son sus casas con preciosas fachadas con entramados de madera de colores, donde destaca también el Palacio Gebele. Llama la atención todas las calles llenas de banderitas de países.
No nos dimos cuenta de la hora (eran las 15:00) y cuando nos disponemos a buscar algún sitio para comer, ya estaban cerrando. Buscamos en el gps algún restaurante y salía que “cerca” (a 30 minutos en sentido contrario a Triberg), había un Mcdonald’s así allí fuimos a comer.
Después de comer, volvimos a Triberg y dar una vuelta por la calle comercial a hacer las típicas compras de recuerdos y souvenirs. Cenamos en el mismo restaurante que la noche anterior, en frente del hotel, ya que nos había gustado mucho. Era nuestra última noche en la Selva Negra, al día siguiente volveríamos a Suiza ya para empezar nuestro camino de regreso a Madrid.
Día 9: Nacimiento del Danubio, cataratas del Rhin.
Desayunamos contemplando las maravillosas vistas que teníamos desde la terraza del comedor. Hoy nos lo tomaríamos con calma, se nos notaba ya el agotamiento de los días de hacer kilómetros y visitar tantos sitios.
Hoy volveríamos a entrar a Suiza, pero antes visitaremos el Nacimiento del Danubio y las Cataratas del Rhin.
Hacemos el Check-out y a las 10 salimos dirección al Nacimiento del Danubio (Donaueschingen). Ya habíamos leído por diferentes foros de internet que no es nada del otro mundo, y que es muy pequeño, pero como nos pillaba de paso, haríamos la parada.
A medida que te vas acercando por la carretera se ven las indicaciones para llegar. Llegamos sin ningún problema.
El río Danubio es el río más largo de la Unión Europea y el segundo más largo del continente europeo tras el Volga. Nace en la Selva Negra, de la unión de dos pequeños ríos, el Brigach y el Breg y desemboca en el Mar Muerto.
En los jardines del Castillo – palacio – residencia de Donaueschingen se construyó una fuente en forma de rotonda llamada la Donauquelle, lo que simboliza el nacimiento del Danubio.
No nos impresionó mucho, y estaba en obras, así que hicimos la correspondiente foto y nos dirigimos a las cataratas del Rhin.
Llegamos sobre las 12, con atasco, muchos coches y autobuses turísticos.
Hay dos opciones para visitar las cataratas:
1.- Ir hacia la derecha que es la zona de restaurantes y donde está la empresa de barcos que te acercan a las cataratas (la opción que nosotros cogimos y desde donde se tiene una visión global de las cataratas)
2.-Ir hacia la izquierda donde está el castillo y las cataratas se ven más de cerca.
Tuvimos que aparcar en el parking más alejado de las cataratas. Luego era un camino de unos 20 minutos hasta llegar a la entrada de las cataratas.
Las cataratas del Rhin son el mayor salto de agua en la Europa Central, se encuentran cerca de la ciudad de Schaffhausen. Tienen 150 metros de anchura y 23 metros de altura.
Fuimos a la zona donde salen los barcos. Hay bastantes tipos: los que te acercan a las cataratas, los que te llevan a la orilla del castillo y otros que te dan una vuelta un poco más larga de 30 o 40 minutos.
Los precios son un poco elevados (entre 10 y 20 €). En el único que nos dejaban subir con Atila era uno con un recorrido de 1 hora y apenas se acercaba a las cataratas así que no lo cogimos.
Estuvimos 20 minutos fotografiando las cataratas y nos fuimos por el tal agobio de gente que había, eso sí nos gustaron mucho y son impresionantes y bonitas.
Volvimos al parking, pagamos el correspondiente ticket (unos 6€ por una hora y poco) y vamos a nuestro siguiente destino, ya en tierras suizas, Stein am Rhein.
Poco antes de las 14:00 llegamos, aparcamos en un parking cerca del centro y nos fuimos a la orilla del río a comer unos bocadillos que nos habíamos preparado en el hotel.
Había gente bañándose en el río, tirándose desde el puente. El río llevaba bastante corriente, a algunas personas les costaba llegar a la orilla. Con el calor que hacía apetecía darse un baño.
Stein am Rhein, es una pequeña ciudad famosa por poseer un casco antiguo bien conservado (en estas fechas en fiestas) con fachadas con frescos exteriores y casas con entramado de madera, con calles muy estrechas y llenas de fuentes.
Stein Am Rhein tiene mucha vida y encanto.
Después de comer nos acercamos al monasterio de St. Georgen, la fortaleza Hohenklingen (en lo alto de la montaña) y a la Iglesia consagrada a San Juan Bautista en medio de los restos de Tasset Ium, una fortificación erigida por los romanos en el Siglo III.
Anduvimos por la calle principal de la ciudad, Unterstadt, y llegamos a la Puerta Untertor. Esta calle une dicha Puerta con el Ayuntamiento y tiene varias tiendas de chocolates, donde nos paramos a comprar los típicos chocolates suizos. Te dan a probar de varios tipos, no sabes ni por cual decantarte, al final compramos una gran variedad.
Eran poco más de las 18:00, todavía nos quedaba una hora para llegar a Cham, localidad cerca de Lucerna, donde teníamos el hotel.
En un principio buscamos alojamiento en Lucerna, pero los precios eran muy elevados y encontramos a 20 minutos de la ciudad el hotel SwissEver Zug. Está en una especie de polígono rodeado de oficinas, junto a la autopista A4. Nos costó 120€ la noche con desayuno incluído y aparcamiento.
Nuestra habitación era muy amplia e incluía una cocina y dos baños.
Llegamos al hotel sobre las 19:00, hicimos el check-in y ya nos quedamos en la habitación. Aprovechamos la cocina que teníamos para hacer pasta y tallarines para cenar y para el día siguiente comer.
Día 10: Lucerna y Ascona
La mañana de este día la dedicamos a visitar la ciudad de Lucerna. Lucerna está ubicada ante un panorama alpino a orillas del Lago de los Cuatro cantones.
Dejamos el coche en uno de los tantos parkings privados que hay. Elegimos en de la calle Zürichstrasse que está a dos minutos andando del Monumento al león (Löwendenkmal).
El monumento al León es una escultura labrada sobre una pared de roca para conmemorar la muerte en 1792 de unos 700 mercenarios de la Guardia Suiza durante la Revolución francesa cuando defendían el asalto de los revolucionarios al Palacio de las Tullerías en París.
De ahí pasamos a visitar la catedral de Lucerna, (Hofkirche).
Llegamos al Puente Medieval Kapellbrücke, con sus frontones pintados. Es uno de los puentes techados de madera más antiguos de Europa. Tiene 204 metros de longitud, pero llegó a medir 285 metros.
Cruzamos por él para hacer las típicas fotos y volvemos al casco antiguo por el Puente Rathaus Steg.
La ciudad de Lucerna está rodeada por la muralla (Museggmauer), abierta desde las 8 hasta las 19:00.
Las casas históricas, adornadas de frescos, se hallan en el casco antiguo, cerrado a los coches, en plazas pintorescas como el mercado del vino (Weinmarkt). Las plazas importantes de Lucerna son: Weinplatz, Falkenplatz y Muhlen Platz que están en el casco antiguo.
A las 13:00 fuimos a por el coche para ir a Ascona, uno de los últimos pueblos de Suiza antes de pasar a Italia.
Llegamos a las 15:00, nos fuimos a comer a orillas del lago Maggiore la ensalada de pasta que nos habíamos preparado el día anterior en el hotel
Ascona es un pueblo pequeño con una densa red de callejuelas, con tiendas de todo tipo, con un largo paseo por el lago. Este paseo (Lungolago) se considera la parte más hermosa del lago Maggiore para pasear.
Tras comer nos quedaban otras dos horas de coche para llegar a Milán donde nos alojaremos en un Bed&Breaksfast a 10 minutos del Duomo.
Llegamos a Milán sobre las 19:00. Aquí empezamos a notar que ya no estábamos en Suiza o Alemania. La tranquilidad se había acabado. Ahora sólo había ruido, bocinas de los coches, atasco…
Una vez hecho el Check-in en Cotton Candy (50€ la noche con desayuno incluido) nos fuimos a dar una vuelta y visitar lo más característico de Milán, El Duomo.
El Duomo es una enorme catedral gótica en el centro de la ciudad. Es una de las catedrales católicas más grandes del mundo.
No pudimos entrar ya que estaba cerrada. El horario es hasta las 19:00 y vale 2€.
Nos acercamos a la Galería Vittorio Emanuele II, la cual es una galería diseñada en el siglo XIX en la que se puede encontrar restaurantes y las tiendas más elegantes de la ciudad. Nos compramos unas enormes porciones de pizza con bebida por 3€ cada una y nos las fuimos comiendo en dirección al Teatro Filodrammatici Milano (teatro histórico de Milán) y ya de ahí al hotel a descansar.
Como ya hemos dicho antes, el hotel era un bed&Breaksfast. Nos dieron una habitación con balcón, un poco pequeña pero con una cama muy cómoda y el baño comunitario fuera. El desayuno estaba incluido.
Día 11: Mónaco y Niza
Desde el día anterior Jorge estaba ansioso porque llegara este día. Hoy tocaba visitar el estadio de Giuseppe Meazza (San Siro) y Mónaco.
Bajamos a las 10 a desayunar. En el salón nos esperaba un desayuno casero con un bizcocho hecho por la dueña de la casa, tostadas, zumos y café. Desayunamos tranquilamente y a las 11 nos ponemos en marcha, cogemos maletas, mochilas, a Atila y al coche.
A 20 minutos del alojamiento se encontraba el estadio de fútbol de San Siro.
En el estadio Giuseppe Meazza disputan sus partidos el AC Milan y el FC Inter de Milán. Tiene una capacidad de 85000 espectadores y fue inaugurado el 19 de septiembre de 1926. El exterior tiene una estructura moderna con detalles como las rampas de acceso helicoidales, torres cilíndricas y el tejado de diseño vanguardista que cubre todos los asientos.
Hay tours guiados desde las 10:00 hasta las 18:00 (excepto si hay algún evento o partido), donde te enseñan el museo y el estadio por dentro. La entrada vale 13€.
Después de visitarlo proseguimos nuestra ruta. Hoy haremos unos 350 km hasta llegar a Mónaco y después a Niza donde dormiriamos.
Nuestra primera intención era llegar a Mónaco y dar una vuelta por allí, pero llegamos en hora punta, o eso creímos, porque estaba todo atascado, llenos de coches que no circulaban ni para delante ni para atrás. Después de estar media hora ahí atrapados decidimos irnos a Niza y volver por la tarde.
Llegamos a Niza, al alojamiento Villa Saphir, (65€/noche con desayuno y parking) un Bed&breaksfast en forma de villa metida entre edificios altos. Nuestra primera impresión no fue buena. El desorden, la suciedad en el patio y 3 perros intentando jugar con Atila fue un poco caos.
Ya asentados y con el check-in hecho nos fuimos a comer al paseo marítimo de Niza. Nos comimos unos bocadillos en una terraza y con la barriga llena nos vamos a Mónaco.
Eran ya las 16:30 cuando llegamos a Mónaco. Aunque actualmente el Principado está dividido en 10 barrios, podemos identificar sus diferentes regiones atendiendo a los tres distritos históricos: Mónaco, La Condamine y Montecarlo. El primero, es la ciudad vieja, y está situada en una montaña conocida como La Roca. En esta zona se encuentra el palacio.
El segundo es el área del puerto, y el tercer distrito, es donde se sitúan los principales hoteles y el famoso Casino de Montecarlo.
Dejamos el coche en uno de los parking que hay cerca del puerto (pensábamos que iba a ser caro por la zona pero el precio fue razonable, 1€/hora) y comenzamos a dar una vuelta siguiendo el recorrido del circuito de Fórmula 1.
La línea de salida está en Boulevard Albert Primer. Una curva a derechas llamada Santa Devota no lleva a la subida Beau Rivage y de ahí llegamos al Casino Square con descapotables y deportivos aparcados en la puerta.
A partir de aquí bajamos hasta la curva a derechas de Mirabeau y después la curva Loews.
Pasamos por el túnel que transcurre justo debajo del hotel Loews y al salir del túnel nos encontramos con Nouvelle Chicane, que una vez superada llegamos hasta la curva Tabac. En algunos de los tramos se pueden ver los pianos.
Después de esta curva se encuentra la chicane de la piscina y a continuación las curvas a derechas de la Rascasse y Anthony Nogues para finalizar en la recta de la meta.
Tardamos 1 hora y media en hacer el recorrido, parece mentira que en algunos tramos puedan entrar dos coches de Fórmula 1 a la vez, e ir a tanta velocidad, es impresionante.
Regresamos al alojamiento, ya sí que notamos que las vacaciones se habían acabado, nos quedaban dos noches más y un día de playa para descansar y coger fuerzas para hacernos los últimos kilómetros para llegar a Madrid.
Al día siguiente iríamos a la playa Grande Motte y allí estaremos 3 días.
Día 12 – 13- 14: Relax en la playa Grande Motte
Hoy nos separaban 300 kilómetros de nuestros días de descanso y relax. Iremos a la playa Grande Motte en donde por el acceso 61 permiten la entrada a animales.
Desayunamos en el alojamiento y ponemos rumbo a la playa. Nos costó encontrarla, pero lo conseguimos después de 3 horas y media de coche y 306 kilómetros. Tuvimos muchísima suerte para aparcar en la misma puerta que da acceso a la playa por el número 61.
La playa es muy grande, de arena blanca. Lo único de esta playa es que no hay nada para comer ni chiringuitos. Ya lo habíamos leído en algún foro, así que nos aprovisionamos en el hotel de Niza de unos bocadillos y unas ensaladas. En esta playa pasariamos todo el día y los dos días siguientes.
El alojamiento lo cogimos en Saint de Vedas. El hotel es el Arena, hotel normalito cercano a la autopista, nos costó 50 euros la noche sin desayuno.
Día 15: Vuelta a Madrid
Nuestro último día de unas vacaciones maravillosas, llenas de anécdotas buenas y de visitas increíbles. Pasamos por paisajes muy diferentes, altas montañas, verdes valles y bosques frondosos. Ciudades y pueblos con un encanto especial, sacados de un cuento.
Hoy, nuestro último día lo pasaremos en carretera para llegar a Madrid. Son 930 kilómetros, saliendo desde Saint Jean de Vedas muy temprano para luego poder descansar en Madrid.
Ha sido un viaje muy completo si ningún percance, Atila se portó muy bien, aunque él también acabó cansado de coche y de jugar durante muchas horas el día anterior en la playa.
Sin duda volveremos a repetir algún destino como es la Alsacia francesa y la Selva Negra.
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Muchas gracias.
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Hola Alba!!!
Queremos viajar por la selva negra este año con Kenia, mi podenco Ibicenco, me ha encantado tu recorrido!
Sabes si todo sigue igual? Si siguen tratando igual de bien a los perretes? Y me podrias decir cuanto en total os costo el viaje? Si os acordais claro! Y por último, No sabemos más que el castellano, hay algun problema con el idioma?
Hola puri:
Hace bastante que no pasamos por allí pero no hay ningún problema en cuanto a viajar con perro. Es de los mejores países para viajar con perro.
A nosotros nos salió por unos 2000€ los 13 días incluyendo la gasolina desde madrid.
Los alojamientos suelen aplicar un suplemento por llevar perro que suele ser unos 8-10€.
Os animo a hacer el recorrido.
Si tienes alguna duda aquí estamos para ayudaros.
Hola Alba!!!
Muchisimas gracias! Ya te iré diciendo!!!!
Saludos
Puri
Uau!! Menuda ruta! Algunos sitios ya los conocemos, pero los demás no. Ya nos lo hemos apuntado para hacerla 🙂
Un abrazo!
Hola Elena-
Fue de los mejores road trip que hicimos. Nos encanto todo lo que visitamos.
Un saludo y muchísimas gracias por leernos.
Todo el post me ha gustado mucho como mejorar, recomendar que a día de hoy no se entiende que al final no estén todos los puntos visitados en una Ruta de Google Maps pata poder copiarlo.
Imprescindible Adjuntarlo o estas fuera de mercado..!!!
Hola Pep, muchísimas gracias por tu aportación. La verdad que tienes toda la razón del mundo. Me pongo a ello para mejorar el post. Muchísimas gracias y un saludo.