Agra, ciudad situada a orillas del río Yamuna, cuenta, a día de hoy, con 2 millones de habitantes. Muchos creen, y nosotros también, que se trata de una ciudad sucia, caótica y poco atractiva. Aun así, merece la pena dar una vuelta por esta ciudad, ya sólo sea porque en ella se encuentra el fuerte Rojo y una de las maravillas del mundo, el Taj Mahal.
Tiene, además, un patrimonio histórico muy importante, aunque está sufriendo un gran deterioro debido a la contaminación existente.
Llegamos a Agra el Domingo 27 de Marzo por la tarde, después de visitar la ciudad fantasma de Fatehpur Sikri. Se encuentra a 40 minutos. Dejamos las maletas en el hotel, comimos algo rápido para ir a visitar el Fuerte Rojo y ver desde allí el atardecer.

FUERTE ROJO DE AGRA
Estuvimos toda una tarde viendo el conjunto de edificios y jardines que hay dentro del fuerte rojo. Para mí, uno de los palaciegos más bonitos del Norte de India.

Sus muros se construyeron junto al río Yamuna y en él se encuentran palacios de piedra de arenisca roja, otros de mármol y alguno con incrustaciones de piedras semipreciosas.
Se accede a este impresionante complejo a través de «Amar Singh gate», donde podemos contemplar desde donde se alojaba el harén, en el cual se comenta que el emperador tenía hasta 5000 mujeres, a la mezquita, pasando por la salas de audiencias, todo en un perfecto estado de conservación, en donde se muestra la vida que llevaban en tiempos de emperadores mogoles.

Pasando la puerta nos encontramos con el Palacio Jahangir Mahal, en cuyo centro se encuentra el jardín de las Uvas.

Dos paseos de mármol cruzan el jardín de las Uvas, dividiendo éste en cuatro partes exactamente iguales.
A uno de los lados se encuentra el Palacio Privado, también de mármol blanco con tres pabellones y un estanque en medio.
Paseando por el palacio, muchos turistas hindúes se paraban con Marta para hacerse una foto con ella. Pese a la gran cantidad de turistas que llegan a esta ciudad, a los Hindúes aún les resulta curioso ver a una chica rubia con ojos azules.
Nosotros también aprovechamos a hacerles fotos. Cada vez me gusta más la vestimenta que llevan en India.
En este Fuerte estuvo recluido Shah Jahan hasta su muerte, tras arrebatarle el trono su cuarto hijo y, por el cual, Shah Jahan no pudo construir un segundo mausoleo como el Taj Mahal, pero éste en color negro. Desde el propio Taj Mahal se ve la superficie donde se iba a construir este segundo edificio en mármol de color negro.
Cuenta la leyenda que Sha Jahan pasó sus últimos años encerrado en un palacio del fuerte desde cuya torre podía ver la tumba de su amada, el Taj Mahal.

El Fuerte Rojo abre todos los días excepto los viernes en un horario de 9 a 17 horas, aunque nosotros estuvimos dentro hasta las 18:00 más o menos. Los museos que hay dentro de él abren a las 10 de la mañana.
TAJ MAHAL
Llegamos a una de las maravillas del mundo, y merecido lo tiene, el Taj Mahal. La palabra “Taj” significa “corona” y Mahal “primera dama de palacio”.
Aún estando en obras, tres de sus cuatro minaretes tenían andamios como se observa en la foto, el Taj Mahal impresiona desde cualquier punto que se le mire.
Decidimos visitarlo a primera hora del día, para ver el amanecer allí, y no defraudó la decisión. Aunque es cuando más turistas se agolpan en el mausoleo, es impresionante sentarse en uno de los bancos que hay por todo el jardín y admirar la silueta del Taj Mahal mientras la luz va apareciendo.
Nos levantamos a las 4:30 de la mañana y a las 6 estábamos en la entrada comprando los tickets. Desde donde se compran las entradas hasta la puerta hay unos 700 metros. Este camino se hace cómodo a esta hora de la mañana porque no hace mucho calor, aún así hay un trenecito eléctrico que hace este recorrido por 10 rupias.
Cerca del mausoleo sólo se puede circular con vehículos eléctricos para protegerlo de la contaminación que hay en la ciudad y así evitar el color amarillento que está cogiendo el mármol.
Los precios se dividen entre precios para nacionales y precios para extranjeros, siendo éste de 750 rupias (unos 10 euros según el cambio al que esté la rupia).
No hay hora fija de entrada y salida del Taj Mahal. Está abierto todos los días, excepto los viernes, desde el amanecer hasta el atardecer. Para ver el amanecer hay que estar a las 6 o antes (en la época que estuvimos nosotros, finales de marzo primeros de abril).
Creemos que la mejor hora para visitar el Taj Mahal es en el amanecer y en el atardecer. Puede adquirir varias tonalidades de colores dependiendo de la hora del día y de la luz del sol.
Todo el mausoleo desborda amor e ilusión, sus jardines, sus estanques con flores de loto flotando, sus caminos simétricos que llevan hasta la puerta principal y su historia.
Shah Jahan conoció a Arjumand en un bazar donde ella vendía cristales. El amor a primera vista hizo que Arjumand pasara a ser conocida como “la elegida de palacio” (Mumtaz Mahal) siendo así la segunda mujer del emperador.
Durante años fueron una pareja enamorada que vivía el uno para el otro, hasta que, en 1630, sobrevino la tragedia. El 13º parto de su esposa se complicó, Shah Jahan corrió desesperado para cogerle la mano y darle el último adiós. Antes, Arjumand le pidió 2 cosas, que no se volviera a casar con otra mujer y que le construyera un mausoleo donde pudiera ser recordada.
Así, el emperador mandó construir el Taj Mahal, con los mejores obreros, las mejores joyas y piedras… Se necesitaron más de 20000 hombres y de 1000 elefantes para su construcción. Los arquitectos más importantes del imperio participaron en su construcción. Se dice que, una vez finalizado el trabajo, les cortaron las manos para que nunca pudieran volver a diseñar una construcción parecida.
Tras dos décadas, en 1648, fue enterrada su amada Mumtaz Mahal.
La idea del emperador fue la de construir otro mausoleo para él, en la otra orilla del río, de igual semejanza al Taj Mahal, pero en color negro. Su cuarto hijo, al ver que su padre se estaba gastando mucho dinero en edificaciones decidió encerrarlo en el Fuerte Rojo hasta su muerte. Años después fue enterrado junto a su amada, para que reposaran siempre juntos, eternamente.
Todo el Taj Mahal es simétrico, los minaretes, los jardines y la tumba de su amada yacía en el centro exacto del Mausoleo. Al ser enterrado el emperador, la simetría se perdió.
El cuarto hijo decidió que, cuando muriera, se le enterrara también en el Taj Mahal, por eso a día de hoy se pueden observar tres tumbas. En el centro la de Mumtaz Mahal, a la derecha de ésta la del emperador, la más grande, y a la izquierda la del cuarto hijo.
Las tumbas que se observan y se pueden visitar son una réplica exacta de las verdaderas, pues éstas no se pueden ver por falta de ventilación en la cripta.
Estuvimos cerca de dos horas deleitándonos con esta gran maravilla, haciendo fotos a cada paso que dábamos. Creo que hicimos unas 700 fotos en el tiempo que estuvimos allí.
No nos queríamos ir , pero el tiempo corría en nuestra contra. A las 10 de la mañana salía el tren dirección a Orchha, nuestra siguiente parada que os contaremos en el siguiente post.


Pincha aquí para ir al siguiente post, Orchha y Khajuraho.
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