DOS DÍAS EN JAIPUR. Llegada a la Ciudad Rosa
No sabíamos si seguía siendo el jet lag o las ganas de seguir viendo cosas, que siempre nos levantábamos antes de que sonara el despertador.
Llenamos nuestras barrigas hasta arriba en el buffet libre del hotel, hicimos el check out y a las 9 de la mañana nos ponemos rumbo hacia Jaipur, conocida por la Ciudad Rosa.
Son 3 horas de trayecto, donde la primera hora era por carreteras secundarias, atravesando varios pueblos pequeños.
Después cogimos la autopista, llena de peajes, en muy buen estado. Era curioso ver en una autopista vehículos de todo tipo, tractores tirados por animales, motos, bicis y hasta vacas descansando en la mediana.
Llegamos a Jaipur, la ciudad que fue construida en estuco rosado para imitar la arenisca. Durante la visita del Príncipe de Gales en 1905, y para darle una bienvenida correcta, se decidió volver a pintar los edificios de la ciudad de color rosa. Desde entonces, este color se considera un símbolo de la hospitalidad de Jaipur.
Es un modelo de ciudad pre-moderna en cuanto a la regulación de sus calles. La ciudad está dividida en seis barrios, separados por avenidas de unos 34 metros de ancho. Estos barrios están subdivididos por calles enrejadas.
Nos acercamos al templo Moti dungari y el templo Birla Mandir (este último lo veríamos también por la noche).
El templo Moti Dungari, dedicado al Dios Ganesha, hijo de Shiva y Parvati, está localizado en una pequeña colina. Es un templo normalito, donde los hombres entran por un lado y las mujeres por otro.
A 5 minutos andando está el templo Birla Mandir, también conocido como el templo Laxmi Narayan. Dedicado al Dios Vishnu, está ubicado también en la pequeña colina Moti Dungari. Toda su construcción es en mármol blanco con bellas esculturas talladas.
Este templo está cerrado desde las 13:30 hasta las 16:00 por lo que volveríamos por la noche para poder entrar y verlo iluminado.
Llegamos al hotel Shahpura house de Jaipur para descansar un poco y comer algo en el restaurante del mismo hotel.
Aunque las ganas de seguir viendo cosas se apoderaron de nosotros, decidimos no descansar e ir al templo de los monos o Templo Galta.
Cogimos un taxi para los 6 por 1000 rupias (unos 14€), que nos llevaría hasta el templo y nos esperaría para luego regresar a la ciudad (este templo se encuentra a 10 kilómetros de la ciudad rosa).
La entrada es gratuita pero hay que pagar por las cámaras de fotos (50 rupias) y de vídeo (150 rupias). También puedes comprar bolsas de cacahuetes para dar de comer a los monos. Eso lo evité, pues no me quería ver rodeada de monos constantemente.
Nada más pasar la puerta ya empezamos a ver monos, mirando fijamente nuestras manos para ver si teníamos comida.
En ese momento me pregunté, ¿Qué estaba haciendo ahí? Me dan bastante respeto los monos, no sabía si iban a ser agresivos, no vaya a ser que muerdan o arañen, prefiero pasar, no mirarles mucho y lo mismo así ellos tampoco me harían mucho caso.
La verdad que si no llevas comida o cosas que les llame la atención, como gafas de sol, los monos pasan de ti. Marta tuvo un pequeño percance con uno de ellos, pues llevaba una pinza en el pelo y uno de los pequeños monos que había por allí se quiso adueñar de ella.Al ver que no lo conseguía se fue corriendo.
Al entrar ya vimos también los primeros templos, bastantes dejados a la mano de Dios, pero con ese aspecto les da un toque más auténtico.
Estos templos nos recordaron a escenas de la película de El Libro de la Selva, un rincón lleno de monos que son tratados como Dioses, descendientes del Gran Hanuman que, según la leyenda, es poseedor de una fuerza imbatible.
Hay varios peregrinos por la zona, paseando por sus escaleras o parados en la puerta de cada templo. Muchos de ellos se acercan hasta aquí pues dice que el santo Galav vivió aquí.
Leí en varios blogs que si vienes a este templo por la mañana puedes ver a muchas mujeres lavando sus ropas en los diferentes lagos, o a los peregrinos practicando la meditación y haciendo penitencia. Nosotros llegamos a las 5 de la tarde por lo que prácticamente estábamos solos en el templo, acompañados, eso sí, de cientos de monos.
El templo más famoso es el Templo de Galta Ji, situado alrededor de un manantial natural, el cual tiene la peculiaridad de que nunca se seca.
Subimos por las escaleras, saltando los monos por encima de nuestras cabezas, de un lado a otro, y llegamos a un pequeño santuario, donde hay un shadu que te explica la historia del Dios del Sol.
Seguimos subiendo hasta llegar a un mirador donde las vistas y el atardecer sobre la ciudad de Jaipur son impresionantes. Nos quedamos unos minutos admirando esa belleza y yo sólo pensando que teníamos que volver a atravesar todo el recorrido de los templos con aquellos monitos graciosos. Uff qué apuro.
Sobre las 7 volvimos al taxi y le dijimos que nos llevara hasta el palacio de los vientos o Hawa Mahal. Sabíamos que la visita la haríamos al día siguiente por la mañana, pero queríamos verlo iluminado.
Pese a la belleza del edificio, está en una ubicación malísima para visitar. Situado en una de las calles más transitadas de la ciudad, es imposible hacerse una foto tranquilamente.
Eso sí, la extrema belleza de este palacio hace que no te canses de admirar su fachada en forma de cola de pavo real, animal que en India tiene un importante valor simbólico.
Está construido con arenisca roja y rosa y en su fachada exterior se pueden contar hasta 953 ventanas. La función de este edificio era permitir a las mujeres del Marajá observar la vida cotidiana de la ciudad sin ser vistas.
De aquí aprovechamos para ir a visitar el templo Birla Mandir, ya que cuando fuimos al medio día estaba cerrado.
Dentro no se pueden hacer fotos. Este templo de noche es espectacular. La belleza de su mármol resalta y brilla con la iluminación que tiene.
Ya eran casi las 21:00 asique nos dirigimos al hotel para darnos una ducha y cenar en la terraza del restaurante. Comí unas riquísimas pakoras de vegetales. El fundamento de este plato es el de freír verduras con un rebozado de harina de garbanzos.
Día 2: Fuerte Amber, Observatorio de Jaipur y city palace.
Puntuales como todos los días, estábamos preparados a las 9 de la mañana en la puerta del hotel esperando a nuestro conductor y guía que nos explicaría la historia de todo lo que veríamos en el día de hoy.
Pasamos por el Palacio de los Vientos y a las 10 estaban ya haciendo cola para subir en elefante al fuerte Amber Jorge, Tony, Ramón y Patri.
Me parece que el precio fue de 1200 rupias por pareja si no recuerdo mal.
Marta y yo optamos por subir andando. Pese al horario corto de “trabajo” que tienen los elefantes (de 10 a 12 de la mañana de Octubre hasta Abril y de Mayo a Septiembre de 7 a 10 de la mañana), decidimos no hacer el trayecto en elefante.
La cola que tuvieron que esperar fue de unos 40 minutos y el recorrido de subida es de unos 20 minutos.
La bajada siempre se hace andando o en jeep. Marta y yo tardamos 10 minutos en subir, a esa hora ya empezaba a apretar el calor, pero se hace un recorrido ameno.
He de decir que no vimos ningún tipo de maltrato hacia los elefantes, aunque a alguno de los que llevan a dichos animales llevara un palo con una especie de gancho de metal.
Desde el Fuerte Amber se puede observar el pueblo de Amber, la muralla y el lago de Maotha.
El fuerte está formado por varios palacios, fortalezas y jardines.
Recorrido por el fuerte Amber.
El Fuerte Amber fue construido por Man Singh sobre las ruinas de un templo dedicado al sol. La entrada a este fuerte se hace por la Puerta Suraj Pol que da acceso a un gran patio llamado Jaleb Chowk, donde los ejércitos que llegaban victoriosos mostraban aquí su motín al pueblo.
Seguimos por otra de las puertas principales que se encuentra a la izquierda del gran patio donde accedemos a Diwan–i–Am o Sala de Audiencias públicas, construida por el marajá Jai Singh y fabricada en arenisca roja y mármol con cabezas de elefantes como decoración.
Pasamos al siguiente patio y lo hacemos por la gran puerta de Ganesh Pol que da acceso a las habitaciones privadas del marajá y sus esposas.
Esta puerta recibe ese nombre por la imagen del Dios, con cabeza de elefante, que tiene en el centro del arco. Es reverenciado como ahuyentador de obstáculos, patrono de las artes y las ciencias, y el Dios de la inteligencia, de ahí que se coloque, habitualmente, en las puertas de los edificios.
Encima de esta puerta hay varias habitaciones, Suhag Mandir, desde donde las mujeres miraban a través de las celosías.
En el centro de la puerta hay una ventana, un poco más grande que las demás, desde donde dichas mujeres tiraban pétalos de rosas y flores cuando el marajá llegaba a palacio. Por esta ventana sólo podían sacar la mano, esta manía que tienen de ocultar a las mujeres en India.
Ahora sí entramos en el siguiente palacio, Shish Mahal, con el techo decorado con más de 1000 espejos convexos donde, según el guía, la iluminación nocturna con velas daba la sensación de encontrarse bajo el cielo estrellado. Es, sin lugar a dudas, la sala estrella del palacio.
Hay un panel tallado en mármol, donde según tapes una parte u otra del cuadro aparecen diferentes animales como un escorpión, una mariposa, la trompa de un elefante o la famosa flor de loto.
Subimos a la parte más alta del Fuerte desde donde se tienen unas vistas espectaculares de la muralla, el fuerte y el lago Maotha.
Llegamos al último patio, la zenana. Era la zona destinada a las mujeres y concubinas del Marajá. Un gran pasillo conectaba las 12 habitaciones de las mujeres para que el marajá pudiera ir con ellas sin que ninguna, más que la interesada, lo supiera.
A parte de sus 12 mujeres, se dice que el marajá tenía hasta 300 concubinas.
Estuvimos aproximadamente 2 horas y media que se pasaron volando.
Salimos del fuerte Amber y, de repente nos vimos rodeados por varios hindúes con fotos que les habían hecho a Ramón, Patri, Tony y Jorge durante su recorrido a lomos del elefante. Nos acompañaron durante todo el trayecto hasta llegar al coche. De esta nos libramos Marta y yo.
Era las 13:00 asique aprovechamos para ir a comer pasando antes por Jal Mahal.
Está situado en el centro del lago Man Sagar. Fue construido como palacio de verano y como lugar de placer por Sawai Pratap Singh.
El lago Man Sagar es un lago hecho por los hombres, fabricando una presa entre dos colinas. La presa la hizo Sawai Man Singh II debido a que la demanda de agua de la población de la ciudad de Jaipur iba en aumento.
Llegamos al restaurante, que ahora mismo no me acuerdo del nombre, donde probé el paneer, queso fresco en taquitos con una salsa, sin picante, buenísima. Pan de ajo y pan de pistacho para acompañar a este suculento plato.
Nuestra siguiente parada es el Jantar Mantar u observatorio de Jaipur. Su nombre deriva de Yantra (instrumento) y Mantram (magia). Hay varios tipos de entrada, la mejor manera es coger una combinada con el Fuerte Amber y Hawa Mahal.
La pasión de Jai Singh II por la astronomía, le llevó a construir 5 observatorios en India: Delhi, Ujjain, Mathura (completamente destruido), Varanasi y Jaipur. Éste último es el más grande de todos.
Consta de varias construcciones, llamadas Gnomones, que eran usadas para medir el tiempo, predecir eclipses, estudiar estrellas, la posición de los planetas etc…
Desde el Jantar Mantar se obtienen unas vistas de la parte trasera del palacio de los vientos y del edificio el cual es la residencia real actual, nuestra siguiente parada.
Este complejo se llama City palace y está a dos minutos andando del observatorio. Aunque sea la actual residencia real, hay una parte abierta al público.
Fue construido por Jai Singh II y la entrada son 300 rupias.
Llegamos a un gran patio donde en el centro se sitúa el museo de trajes e instrumentos musicales que utilizaba el marajá.
No se pueden hacer fotos en el interior. Como curiosidad, se encuentran los pantalones del marajá más gordo y del más alto. Antiguamente se alojaban en este edificio a los huéspedes del marajá Madho Singh II.
Seguimos hacia la sala de audiencias donde se encuentran 2 grandes vasijas de unos 345 kilos cada una.
Cuando los monarcas ingleses visitaron Jaipur, se negaron a beber agua, sólo querían agua embotellada. Así, posteriormente, en la visita de Madho Singh II a Inglaterra para la coronación de Eduardo VII, decidió llevarse estas dos enormes vasijas para así transportar agua del Ganges para consumo propio y de su corte.
Finalmente visitamos el patio Pritam Niwas Chowk donde destacan cuatro puertas de bronce que representan las estaciones del año. En una de las fachadas se observa la residencia real actual.
Una vez acabada la visita, fuimos a ver una fábrica de telas, visita “obligada”, en la cual te quieren vender sus productos, eso sí, hechos a mano. Tenían de todo, fundas nórdicas, fulares, pashminas…
Volvemos al coche y nos dirigimos al hotel. Era pronto así que aprovechamos a relajarnos en la piscina del hotel, volver a cenar las pakoras del día anterior que estaban buenísimas y a descansar, pues el día siguiente había que madrugar más de lo normal.
Muchas gracias por seguirnos y por leernos, espero que os ayude en vuestro próximo viaje a India y, si te gusta compártelo.
Estoy planeando un viaje a la India (Triángulo de Oro) y leer tus relatos me ha orientado mucho al grado de considerar seguir tu mismo recorrido y horario. Sólo una pregunta ¿Ya llevabas contratado el carro con anterioridad o lo contestabas en cada ciudad? Y si fue así ¿donde y como lo negocias? Gracias por tu respuesta y sigue escribiendo sobre tus viajes. Para mi, tu descripción es, si no la mejor, una de las mejores y que mas me ha ayudado.
Muchísimas gracias por tu mensaje. No sabes cuanto me agrada.
Para el viaje a la india lo contratamos desde madrid a través de la agencia la India increíble. Te la recomiendo al 100%.
Nosotros le dijimos que queríamos ver, cuanto tiempo queríamos estar en cada sitio incluso incluimos kajuraho o orchha que fue un gran acierto.
Todo lo que necesites aquí estamos.
Un saludo